El cielo se viste de luto. |
Las campanas están tristes. El viento sopla frío y el cielo se viste de luto. Ha muerto un amor que debía de haber muerto hace mucho tiempo. Un amor bonito y que no tenía muchas esperanzas. Un amor fuerte pero que terminó por ser débil. Son circustancias de la vida las que nos hacen madurar y una de ellas, son las desgracias. El amor a veces puede ser una desgracia. Este es el caso. Su veneno puede entrar por las venas y matarte poco a poco. Matarte de dolor. Es tan díficil pensar que cuando estás enamorado y esa persona no te corresponde, lo vas a pasar mal el resto de tu vida. Es tan difícil desviar la mirada cuando esa persona se acerca a tí, y no quieres mirarla por miedo a hacerte daño. Son tantas cosas injustas en el terreno del amor. Ni el destino va a poder cambiar lo que sentí por ti. Ni el destino me va a borrar tu recuerdo de mi memoria. Ni el destino, ni nadie. Porque cuando el puñal ya está clavado, la herida permanecerá siempre. Permanecerá menos, permanecerá más, pero siempre permanecerá. Amargura, angustia, dolor. Sentimientos que ahora siento y que tu aliento a miel dejó por el camino de las lágrimas.
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