Te deseo tanto como la niebla desea al aire. Te deseo tanto como el sol desea el alba. Sigo así desde el momento en el que me dejaste por completo y me abandonaste en este mundo, tan solitario, tan frío. Es un sentimiento que me recorre por todo mi cuerpo, por toda mi alma. Es el amor. Estar enamorado me ha enseñado a madurar y a ser fuerte. Pero tu eras demasiado. Demasiado perfecta. Hasta que llegó esa persona y te comió la cabeza, te comió el corazón. Me hace tanto daño no tenerte ni como amiga...Despertarme cada día y no volver a ver tus ojos con esa alegría en la expresión de tu cara. No volver a ver tu pelo columpiarse sobre tu faz. Tus labios tan dulces y perfectos. A veces llego a pensar que la culpa de todo esto la tuve yo, por no convencerte. Aún recuerdo los momentos de web-cam que pasábamos haciendo el tonto. Aún recuerdo aquellas conversaciones en imvu. Aún recuerdo las horas que nos pasábamos hablando por messenger sin parar, contándonos cosas. Hasta lo más imaginable del mundo mundial. Ahora solo me queda esperar o morir esperando. Ahora solo me queda el lamento una vez más. Ahora estoy solo, en una soledad fría y maliciosa. Llena de tinieblas en las que el amor se esconde.
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