Desearía estar allí contigo. Sintiendo esa sensación que sentía hace unas semanas, cuando ponías tu mano sobre mi mano y me decías al oído que me amabas. Quisiera estar allí para poder de nuevo disfrutar de nuestro tiempo e ir a todos los sitios donde fueran posibles sólo para saltar de alegría y proclamar al viento que somos los más felices de la tierra. Desearía poder colarme en los baños de la estación y mirarme al espejo, asimilando que vuelvo a estar contigo después de unos meses de espera, que en segundos te voy a ver, mientras me limpio las lágrimas de emoción que recorren mi cara. Desearía ver mi imagen reflejada en esa superficie y llenarme de valentía al pensar en nuestro encuentro. Desearía salir, y mirar a todos los lados para buscarte entre la gente que se pierde por el recinto, ensimismados en su mundo. Y que aparecieras, eso sería lo más maravilloso del mundo. Que aparecieras apoyado en la pared con una rodilla doblada, como decíamos antes de conocernos. Cruzar las miradas y sentir que el miedo escapa de nuestra irrompible cadena. Que todos los malos ratos y todos los 'te echo de menos' se van de una vez y se sustituyen por besos, abrazos y para siempres.
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