lunes, 18 de abril de 2011

Viaje de Estudios 2011





De los nervios que tenía, no pude dormir casi nada. Lo que dormí lo dormí bien. A las 5:45 del lunes ya estaba en la estación de autobuses para poner rumbo a mi primer destino: Trujillo. Aún soltando las maletas y viendo como los padres se despedían de sus hijos, recordé lo que me esperaba:
PRIMER DÍA: Trujillo, Cáceres, Gredos
SEGUNDO DÍA: Gredos
TERCER DÍA: Gredos, Ávila, Salamanca
CUARTO DÍA: Salamanca, Segovia, El Escorial, Madrid
QUINTO DÍA: Madrid
SEXTO DÍA: Parque Warner (Madrid)
Me despedí de mi familia y subí al autobús.El conductor era el tío de mi compañera de clase y era la ostia. ¡Se entendía muy bien con nosotros! Cuando arrancó el autobús, el sueño y los nervios me hicieron caer en una profunda siesta de la que en cinco minutos me desperté por el jaleo de la gente. 

TRUJILLO
Es una ciudad aburrida y sencilla. Sólo interesan sus edificios, y tiene pocos. Creo que es la parte menos interesante de Extremadura. 

CÁCERES
Bonita ciudad sobre todo por sus castillos. Además, está llena de flores y paisajes preciosos. Cada calle es un misterio y nunca sabes lo que te vas a encontrar. Comimos allí pero la comida era un asco. Las migas amarillas sabían a pimentón y la carne estaba muy dura. Lo único que me gustó fue el postre, ¡y porque era helado!

GREDOS
Llegamos al albergue un poco cansados por el intenso viaje de autobús. El albergue parecía un barco y las habitaciones no eran mixtas (cosa que no nos importó a la hora de charlar). La comida no me gustaba y a veces comíamos nocilla a escondidas para no pasar hambre. Las habitaciones eran normalitas, tampoco eran monumentos. Los saloncitos y salas de estar estaban bien aunque un poco sosas. Las camas, duras. El baño era un auténtico desastre. A la hora de ducharte, o salía el agua hirviendo o totalmente helada, nunca templada. Por la noche, cuando las luces se apagaban y los profesores se iba a dormir después de sus largas vigilancias nocturas, empezaba la fiesta.
Nos llevaron un día a hacer multiaventura, que eran actividades que había que hacer en los árboles: tirolinas, lianas como tarzán, puentes de altura, barras de equilibrio. Estaba muy bien y había mucha seguridad. También fuimos a hacer paintball, como una guerra de bolitas de aceite vegetal. Nos ponían nuestra protección, ¡y a guerrear! O protegerse detrás de paja o madera. 

ÁVILA
Una de las ciudades que más me gustó fue Ávila. Era una ciudad tranquila que tenía dos partes. La tranquila, que eran parques y callecitas con brisas frescas y gracioso cantar de pájaros y la agitada pero no tanto, parte urbana donde se encontraban las tiendas y los edificios más importantes. Me inspiré y escribí una poesía. Además, se come de lujo en esta ciudad. Me la apunto la próxima vez que haga un viaje.

SALAMANCA
¡La ciudad más bella que he visto nunca! Está repleta de edificios maravillosos, decorados con una magia y belleza insuperables. Las discotecas están muy bien y hay mucho ambiente fiestero. El hotel adonde fuimos era muy cómodo y dormí genial. Los mosquitos eran un coñazo, ¡pero daba igual! Me quedaron ganas de volver a esta ciudad y me dio rabia cuando me enteré de que solo íbamos a pasar una noche.

SEGOVIA
Me esperaba Segovia más animada pero encontré que no. Aunque goza de unos edificios maravillosos, su gente no tiene tanto ánimo de fiesta. Más bien prefieren cosas tradicionales. También se come en Segovia muy bien y los camareros son muy campechanos. Es como una ciudad encantada por el recuerdo, como si se hubiera quedado atrás. El acueducto era una maravilla. Me lo esperaba más pequeño. La gente (como en todos lados) notaban que éramos andaluces.

EL ESCORIAL
El Escorial era un pequeño pueblo precioso pero sencillo. Destaca el monasterio que tenía el mismo nombre donde tenía unos jardines hermosísimos.

MADRID
Sin palabras. Esta ciudad me enamoró desde el primer día en que la pisé. ES TAN BELLA. El musical de los 40 estuvo genial. Me emocioné con todas las actuaciones porque de verdad, fueron maravillosas. El parque del Retiro era una auténtica maravilla y el hotel estaba requetebien. QUIERO VOLVEEEEEER PARA NO REGRESAAAAAAR!

¡En la WARNER me monté en todas las atracciones y acabé mareado de tanta montaña rusa pero me sigo quedando con Isla Mágica! 

En resumen, ¡LA EXCURSION FUE UNA AUTENTICA JOYA! ¡ME LO PASÉ GENIAL! ¡LO VOLVERÍA A REPETIR SIN ALBERGUE! JAJAJA

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