Quién me lo iba a decir...(risas) |
Quién me iba a decir que tres horas y media después de estar en el instituto, me iba a ir. Pues, lógicamente nadie. Sheila y yo llegábamos tranquilamente al colegio como siempre. No nos imaginábamos lo que iba a suceder. Todo primero de bachillerato y cuarto de la eso estaba en la planta baja del instituto y algunos estaban en el porche contemplando las gotas que caían a través de los fondos oscuros de las ventanas. La gente parecía confusa y a la vez, feliz. ''¡A tomar viento las clases! ¡Está todo inundado!'' decían algunos. ''No se puede pasar, el agua lo ha bloqueado'' decían otros. Los alumnos que llegaban por la puerta contemplaban a sus compañeros saltar de alegría por la situación que se estaba viviendo. Preguntaban y acto seguido, o se asombraban y subían a comprobar tal curiosidad o saltaban y chillaban como locos de alegría. Subí con Sheila a la segunda planta y pude ver que estaba totalmente inundada. ¿El motivo? Un grifo que había estado abierto todo el fin de semana. La primera planta también estaba bastante mal y llena de agua. Las goteras y las bolsas de agua del techo aumentaban cada vez más. Los conserjes y los profesores fregaban y limpiaban tal desastre. La confusión aumentó cuando tocó el timbre. El caos total que se vivía era impresionante. Los profesores buscaban a sus alumnos y viceversa, esperando una respuesta: o se dan las clases o se suspenden. Las tres primeras horas se vivieron con tranquilidad puesto que parecía que la situación estaba controlada. El colmo de la situación se vivió durante las últimas horas del recreo donde se corrió el rumor de que los profesores habían tomado la decisión de que los alumnos abandonaran el instituto y suspender las clases. Aumentó el caos, y por si fuera poco, una grieta bastante grande apareció en la pared de la sala de profesores. Algunos alumnos decidieron irse por su cuenta. Al final, los profesores tomaron la decisión de que los alumnos se fueran a sus casas con una justificación de lo ocurrido que le explicaba a los padres lo que había ocurrido. Las clases quedaban suspendidas, por lo menos, para bachiller y cuarto de eso. Todo esto pasó en menos de tres horas y media. Primero, el instituto se incendió porque explotó una caldera y, ahora, se inunda. ¿Qué será lo siguiente? Ya me espero de todo...
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