Catedral de la Almudena, Madrid |
Sin duda, uno de los viajes más divertidos y fantásticos de mi vida. Doce horas antes de subirme al autobús, ya estaba muerto de nervios. No es que me guste mucho levantarme a las cinco de la madrugada para salir de Montilla a las seis, pero bueno, por un día vale. Cuando llegué al autobús, no me podía imaginar todo lo que me ocurriría aquel día. El viaje de ida y vuelta eran 6 horas cada uno y el autobús se tenía que parar una vez en cada uno. Salimos a las seis de la mañana y llegamos alrededor de las doce. Aunque no vimos ningún famoso, si vimos un montón de cosas. Primero fuimos al Museo del Prado donde ALUCINÉ. Había un montón de pinturas y esculturas. ¡Era inmenso! Y parecía que nunca se acababa. No se podían hacer fotos por dentro así que...me jodí. Después de estar una hora en el museo, salimos a ver las calles de Madrid. Esto me recuerda a la canción de Maldita Nerea...¡El caso es que!, fuimos a la plaza de Neptuno y a la ¡CIBELES! Es preciosa, y cuando la ví, no me creía que estaba en Madrid. La puerta de Alcalá no la ví porque no nos dio tiempo. Nuestro siguiente destino fue la Plaza del Sol y la Plaza Mayor. Pisé el km 0 y fui testigo de algunas desilusiones jajaja. La Plaza Mayor estaba llena de mendigos y de gente buscándose la vida. Me dio una pena...pero, que se la va a hacer. Nos dejaron una hora solos por Madrid donde yo y un grupo de amigos fuimos al Corte Inglés y a las tiendas. Nuestro último destino: El Palacio Real. Era precioso y lleno de cosas interesantes. ¡Ahora me entero de que el rey cenaba, comía y desayunaba en habitaciones distintas! Gracias a la guía...jajaja. El patio era grandísimo y todo lleno de playa, bronce y mármol. La Catedral de la Almudena estaba al lado del palacio y era realmente preciosa. Resumiendo, el viaje, el cante del autobús (que varias veces me quedé durmiendo) y los 40 principales escuchándolos, fue un VIAJE GENIAL Y LO VOLVERÍA A REPETIR. ¡Nos vemos pronto Madrid!
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