martes, 12 de febrero de 2013

El papa monta ''la de Dios''

Benedicto XVI señalando a su sucesor. 
La verdad es que la noticia de que el papa dimitiría este 28 de febrero nos ha sentado a todos como una sorpresa que nadie se imaginaba que iba a ocurrir tan pronto. Y es que algunos si hace falta irían a misa todos los domingos para (si así fuera) no ver en el trono papal a este fichaje. Sigo pensando que en sus orígenes, la Iglesia era mucho mejor de lo que es ahora, sin papas ni edificios. Hace tiempo vi una película que decía que 'la verdadera iglesia está en el corazón y no en los edificios de madera o de piedra'. Ya que mi ideología no se basa en las palabras que este señor dice, solo me limitaré a decir que estoy totalmente de acuerdo con la frase de la película.

Según la prensa, el papa dimite 'por falta de fuerzas' y es que después de cinco años, ya estará cansado de gastar dinero en gilipolleces y soltar tonterías por la boca. O quizás, haya decidido retirarse para disfrutar del ocio infantil. No digo que no haya hecho cosas buenas, pero claro, eso es lo que diría un cristiano normal y corriente, y como yo no soy cristiano ni quiero serlo, pues estoy totalmente en mi derecho de criticar, al igual que todos los altos cargos de la Iglesia ''decentes'' hacen también: criticar y meterse en lo que no deben. 

La verdad, y en el muy fondo, echaré de menos al ex-nazi este, ya que me pasaba todo el día criticándolo. Creo que las verdaderas razones por las que dimite es por lo que se le viene encima. Si no me equivoco, la Iglesia cada vez coge más mala fama y las nuevas generaciones ya no son como las de antes. Muchos jóvenes pasan olímpicamente del circo Vaticano y los adultos que todavía tienen esperanzas en él obviamente no son eternos. ¿O quizás pasan a mejor vida después y siguen dando porculo? Lo dudo.

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