ESPAÑA. Como dice JK Rowling en su libro de 'El Cáliz de Fuego', tierra de toros, sangre y verbena. La verdad es que cualquier extranjero que oiga la palabra 'España' se le viene a la cabeza una palabra: toro. Y es precisamente por eso por lo que la gente conoce a los españoles: por sus corridas. Muchos extranjeros viajan a España para ver los toros, ya que en sus países no hay o escasean. Las corridas de toros se han forjado a lo largo de los años como una tradición española y catalogada como una aberración fiesta nacional. Pero claro está, la realidad es otra.
La gente que paga para ver torear sólo piensan en la fama de los toreros, en lo bien que lo hacen y en si matan correctamente al toro o no. Mucha gente está en desacuerdo con esta 'fiesta nacional' ya que considera que torear es sinónimo de maltratar a un toro y después matarlo de la forma más humillante. Pues bien, tienen toda la razón. Y los que no querráis creerlo o asimilarlo, pues seguid viviendo en vuestro mundo de sueños en el que el toro y el torero son amigos. Estoy seguro que si dijeramos en voz alta a toda la gente ''Si no os gustan los toros, no vayáis'', el primero que no iría sería el toro si pudiera hablar. Estoy seguro que a los toreros no les gustaría estar en una plaza llena de gente que paga por verlos morir de una forma humillante y lúdica. Nadie tiene en cuenta los sentimientos del toro (claro, como es un animal no tiene sentimientos, porque como no habla no tiene sentimientos). Nadie tiene en cuenta el dolor que tiene que sufrir el animal al ser su cuerpo atravesado por espadas. Y lo más gracioso de todo, después de humillarlo maltratándolo hasta agonizar, lo matan al instante y le cortan las orejas y el rabo para demostrarle a la gente que el torero ha recibido un premio por ser un asesino.
Pero la gente como es tan ignorante, prefiere escabullirse de sus argumentos y no decir nada en defensa del animal, porque nos importa más nuestra raza (que causa guerra y hambre) que la del toro (que pasta tranquilo en el ganado hasta que lo sacan para matarlo). Es irónico que a un asesino humano se le perdone la muerte por asesinar a 100 personas en España y que a un toro se le mate de la forma más cruel por ser inocente.
La cuestión es que se podrían hacer las cosas de otra forma. Se puede torear con capa pero sin espadas, de forma que no se mate al toro. Pero claro, eso sería demasiado bonito para una diversión humana que no se sacia. Es mejor hacernos los valientes y demostrar al mundo entero de que tenemos las tradiciones más crueles de toda la historia con animales. Es mejor humillar al toro, matarlo y pagar para verlo. Claro...es mejor...es mejor ser un asesino que ir al paro.